Significado de los Colores Un mandala
siempre va a ser positivo sea cual sea su color, pero resulta doblemente útil,
cuando nosotros ya hemos localizado algún problema, y queremos atacarlo,
entonces podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, el cual actuaría
de manera directa, acelerando el proceso. A continuación te doy una lista de
los puntos que toca cada color, estos mandalas también los puedes usar junto con
el curso de chakras, dependiendo el chakra que quieras trabajar será el color
del mandala que elijas. Tabla de Colores Rojo, Primer Chakra. Es el
color del amor, la pasión, la sensualidad, la fuerza, resistencia,
independencia, conquista, impulsividad, ira, y odio. Impulsa la fuerza vital a
todo el cuerpo. Incrementa la confianza y seguridad en si mismo, permite
controlar la agresividad y evitar querer dominar a los demás. En el aspecto
físico proyecta energía la parte inferior del cuerpo, suministra fuerza a los
órganos reproductores. Esencia de supervivencia.
Naranja, Segundo Chakra.
Energía, optimismo, ambición, actividad, valor, confianza en si mismo, afán de
prestigio, frivolidad. fomenta la tolerancia para socializar y proyectarse con
toda la gente. Incrementa la autoestima, ayuda a enfrentar todos los retos para
la evolución de la persona. Enseña a utilizar los éxitos o fracasos como
experiencias y aprendizajes. Propicia energía positiva para llevar a cabo los
proyectos o las metas. En el aspecto físico proyecta energía al intestino
delgado y colon, todos los procesos metabólicos y los ganglios linfáticos
inferiores. Amarillo, Tercer Chakra. Es la luz, el sol, alegría
entendimiento, liberación, crecimiento, sabiduría, fantasía, anhelo de libertad,
envidia, superficialidad. Ayuda liberar los miedos internos. Permite manejar con
balance el ego, las desiluciones, todo lo que afecta emocionalmente. Ayuda a
canalizar mejor la intelectualidad. En el aspecto físico proyecta energía al
aparato digestivo, hígado, vesícula, páncreas, bazo,y riñones. Verde Cuarto
Chakra. Equilibrio, crecimiento, esperanza, perseverancia, voluntad, curación,
integridad, bienestar, tenacidad, prestigio. Falta de sinceridad, ambición,
poder. Proyecta tranquilidad y balance en lo sentimental. Permite expresar los
sentimientos más libremente. Expande el amor interno hacia uno mismo y los
demás. Ayuda a liberarse del apego a las posesiones o las falsas excusas. Es el
filtro del equilibrio en todo el cuerpo. Ayuda a controlar el sentido de
posesión y los celos. En el aspecto físico, proyecta energía vital al sistema
circulatorio, cardiovascular, corazón. Azul Quinto Chakra. Calma, paz,
serenidad, seguridad, aburrimiento, paralización ingenuidad, vacío. Ayuda a
exteriorizar lo que se lleva por dentro, permitiendo evolucionar a medida que se
van dando cambios en la vida de la persona. Evita la frustración y la
resistencia para comunicarse la gente, permite tener tolerancia a los
pensamientos de los demás. En el aspecto físico proyecta energía a los pulmones,
garganta, traquea, ganglios linfáticos superiores y ayuda a evitar las alérgicas
y padecimientos de la piel. Indigo Sexto Chakra. Ayuda a comunicarse con el
ser interno, abriendo la intuición. Permite aprender a dejar fluir los mensajes
del cerebro, conectando directamente a la inteligencia de la conciencia cósmica.
Fomenta el control mental y expande los canales de recepción para percibir la
verdad en cualquier cosa o nivel de vida. Estimula la confianza en ser guiado
por su propio sentido interior. En el aspecto físico, proyecta energía vital al
cerebro, sistema nervioso, sistema muscular y óseo. Violeta Séptimo Chakra.
Mística, magia, espiritualidad, transformación, inspiración. Pena, renuncia,
melancolía. Proyecta el contacto del espíritu con la conciencia profunda del
cosmos. Expande al poder creativo desde cualquier ángulo, música, pintura,
poesía, arte, permitiendo a la persona expresar su visión de la realidad y su
contacto con la fuente primordial, el creador del universo. Ayuda a no ser
extremista o absolutista, con el fin de expanderse explorando las dimensiones de
la imaginación y el conocimiento. Rosa. Amistad, sociabilidad, comunicación,
imaginación, humor, encanto, egoísmo, necesidad de reconocimiento. Envía
estímulos de equilibrio total en todos los niveles. Amor universal, bondad. Paz
interna, autovaloración. Equilibra las emociones, ayuda a liberar los
resentimientos, el enojo, la culpa, los celos. Si lo combinas con el verde o
el azul, te ayudará a equilibrar el extremo feminismo y la cursilería. En el
aspecto físico, proyecta energía al corazón y te ofrece una curación completa en
todos los niveles a través del rayo rosa.
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Los mandalas son útiles para la
concentración, la atención, activación de la energía positiva, energetización de
lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expander la
capacidad de la mente y la memoria. Dentro de una casa mejora la captación de
energía y crea un ambiente de armonía y balance, también nos sirve para
transmutar la energía negativa en positiva. Para la salud, nos protegerá de
las energías negativas del entorno.. Los mandalas pueden ayudarte en el
equilibrio de los chakras, en ese caso habrá que elegir el color adecuado
dependiendo de la cualidad que se quiere trabajar. El mandala enviará impulsos a
la mente interna llegando a los receptores del cerebro en donde se procesará y
se obtendrá una reacción. Nos ayuda a relajarnos y a encontrar la paz en
medio de las dificultades, en un mundo tan complejo y conflictivo en el que
muchas veces nos vemos instalados. |
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Mandala y meditación
En términos
religiosos, el mandala representa el área sagrada dentro de la que pueden surgir
experiencias espirituales. La experiencia de realizar un viaje espiritual en un
lugar sagrado forma parte de una de las principales concepciones religiosas del
budismo. Así el mandala es un símbolo de crecimiento espiritual cuyo punto
central es la mente. La relación que se establece a través de la contemplación
de la geometría del mandala incita a un estado de meditación que ayuda a
explorar los rincones de la psique. Las mandales se describen como diagramas del
cosmos en un sentido externo y en un sentido interno como guías hacia prácticas
de meditación.
En los escritos sagrados del Tibet se dice que durante la
meditación uno debe contemplarse a sí mismo y a todas las cosas como un mandala
sagrado. La persona que está meditando tiene que situarse en el centro del
mandala pensando que es como el buda y que se relaciona integralmente con el
intrincado diseño del Universo. Se puede ver a estas imágenes como un diagrama
cósmico que nos recuerda nuestra relación con el infinito, que el mundo se
extiende más allá de nuestros cuerpos y mentes. Las cuatro puertas que rodean el
mandala significan la habilidad de la espiritualidad para desplegarse desde el
sitio sagrado hacia otros tiempos y espacios. Los mandalas simbolizan realidades
materiales e inmateriales en todos los aspectos de la vida: los círculos
celestiales que llamamos Tierra, Sol y Luna, así como círculos de amigos,
familia y comunidad. |
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Más allá de su definición como palabra,
desde el punto de vista espiritual es un centro energético de equilibrio y
purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente.
También se
le define como un sistema ideográfico contenedor de un espacio
sagrado.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su
origen en la India y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas
de América y en los aborígenes de Australia.
En la cultura occidental,
fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la
búsqueda de individualidad en los seres humanos.
Jung solía interpretar
sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la
relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría
sobre la estructura de la psique humana.
Según Carl Jung, los mandalas
representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el
inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente
anclado en el subconsciente colectivo.
Los mandalas también son definidos
como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado para la
meditación. Consiste en una serie de formas geométricas concéntricas
organizadas en diversos niveles visuales. Las formas básicas más utilizadas son:
círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.
Estas figuras pueden ser
creadas en forma bidimensional o tridimensional. Por ejemplo, en la India
hay un gran número de templos realizados en forma de mandalas.
Los
diseños son muy variados, pero mantienen características similares: un centro y
puntos cardinales contenido en círculos y dispuestos con cierta
simetría.
Según la Psicología, el mandala representa al ser humano.
Interactuar con ellos te ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a
manifestar tu creatividad y a reconectarte con tu ser esencial.
Es como
comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y
hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará centro y la
sensación de calma en medio de las tormentas.
El trabajo de meditación
con mandalas puede consistir en la observación o el dibujo de éstos. En el
primer caso, con sólo sentarte en un lugar cómodo, lograr una respiración
rítmica y profunda, y disponerte a observar algún mandala de tu elección, puede
llevarte a un estado de relajación y te sentirás más alerta ante los hechos que
suceden a tu alrededor. El proceso de observación puede durar entre tres y
cinco minutos.
En el segundo caso, puedes dibujar mandalas o colorearlas.
Se recomienda que si estás vinculándote con estas imágenes, comiences por
pintarlas.
Para ello, escoge un modelo que te inspire, selecciona los
instrumentos (colores, marcadores, acuarelas, por ejemplo), y luego instálate en
un sitio tranquilo. Puedes colocar música si lo deseas y comienza tu trabajo.
Hay técnicas variadas, todo dependerá del tu estado de ánimo y de lo que
el mandala que desees pintar te transmita. Si crees que necesitas ayuda para
exteriorizar tus emociones, puedes colorearlas de adentro hacia fuera; si por el
contrario, quieres buscar tu centro, píntalas de afuera hacia
adentro.
Este es un trabajo que puede hacer cualquier persona, sin
importar su edad o religión. Es una práctica sencilla que redundará en
beneficios personales y en la consecución del equilibrio
interno.
Beneficios de dibujar o pintar mandalas
1) Comienzo
de un trabajo de meditación activa. 2) Contacto con tu esencia. 3) Te
expresarás mejor con el mundo exterior. 4) Ayuda a expandir tu
conciencia. 5) Desarrollo de la paciencia. 6) Despertar de los sentidos.
Es probable que comiences a ver lo que está a tu alrededor con otros ojos. 7)
Empiezas a escuchar la voz de tu intuición. 8) Te aceptarás y te querrás
más. 9) Te curarás física y psíquicamente.
Formas y sus
significados
Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los
elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los
más utilizados:
Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero
yo.
Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de
unión.
Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y
lo inconsciente.
Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad.
Equilibrio.
Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad.
Elevación.
Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de
la totalidad.
Hexágono: unión de los contrarios.
Laberinto:
implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa: autorenovación del alma.
Transformación y muerte.
Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra,
agua, fuego.
Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida
terrenal.
Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad,
transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el
centro)
¿Qué quieren decir los colores?
El uso de los colores en
los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con
el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja. Descubre lo que esconde cada
tonalidad:
Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro:
muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris:
neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo: masculino, sensualidad, amor,
arraigamiento, pasión.
Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción,
alegría.
Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía,
receptividad.
Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura,
valor.
Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura,
altruismo.
Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde:
naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta: música, magia,
espiritualidad, transformación, inspiración.
Oro: sabiduría, claridad,
lucidez, vitalidad.
Plata: capacidades extrasensoriales, emociones
fluctuantes, bienestar.
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El sofisticado arte de los mandalas
La arquitectura divina que muestran los mandalas tiene relación directa
con la arquitectura terrenal de la tradición budista. En la antigua India los
edificios religiosos están estructurados como hogares terrenales para deidades y
como bases desde las cuales pueden generar entendimiento espiritual para guiar y
enseñar a otros. Versiones en miniatura de templos, stupas y otros edificios
funcionan como recordatorio de los lugares sagrados y como símbolos de la
presencia de lo divino y la luz espiritual en el mundo de los humanos.
Las imágenes de los mandalas muestran mansiones divinas que contienen
deidades (budas), rodeadas por jardines, montañas, lagos, árboles, y seres
divinos, legendarios o históricos. Las fronteras de este universo están selladas
contra toda influencia negativa por anillos de fuego. Estos mandalas de
arquitecturas palaciegas generalmente consisten de un círculo interno que
contiene a la (o las) deidad(es) principal(es), contenida(s) en un palacio
cuadrado de varios niveles, con aperturas a los cuatro puntos cardinales. El
palacio se sitúa en un círculo y fuera de éste pueden encontrarse figuras
adicionales. Todas las deidades budistas están reunidas en clanes encabezados
por cinco budas. Cada clan ejemplifica un tipo de sabiduría y está asociado con
un cierto tipo de personalidad, con un ritual específico, con un color y se le
asocia a uno de los cuatro puntos cardinales o el cenit . Cada objeto del
palacio tiene un significado, representa algún aspecto de la sabiduría o
recuerda al que medita de un principio que lo guía. Cada tipo de mandala enseña
una lección distinta.
Cada figura en un mandala tiene varios propósitos:
funcionan como una deidad específica, como una manifestación del poder de una
deidad central, como un foco de visualización y meditación o como la expresión
plástica del camino de progreso espiritual. Cada una juega varios papeles
distintos durante los ritos y visualizaciones que presume un diálogo entre la
deidad que se encuentra en el corazón del mandala (y en sus componentes) y el
practicante que se mueve, metafóricamente, desde fuera del mandala hacia su
centro. En este viaje, encuentra que cada partícula del mandala forma parte de
un todo, como sucede con el Universo.
La complicada imaginería de los
mandalas se explica en textos antiguos (como el Sadhanamala o el
Nispannayogavali ), que contienen capítulos enteros dedicados a detallar
distintos tipos de mandalas y su simbolismo. También describen los beneficios
mundanos y espirituales que se obtienen al crear, mirar, rezar o meditar con un
mandala.
Mandala, espacio sagrado Mandala es un sinónimo de espacio
sagrado. La relación estrecha entre espacio y sacralidad que caracteriza a los
mandalas existe en todas las culturas de la historia de la humanidad: puede
referirse a una cueva, montaña, gruta o isla o bien a un templo. La peculiaridad
de los mandalas es que pertenecen a la tradición cultural del budismo y que
tanto sus diseños como la filosofía que las sustenta implican un patrón
circular.
En el uso budista, el mandala representa
pictóricamente el modelo de un universo perfecto. Para esa tradición de
pensamiento, es un símbolo de la iluminación conseguida a través la liberación
última y la armonía suprema, pero también a través de una individualidad
completamente integrada con su propio ambiente natural y social.
http://sepiensa.org.mx/
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INTERPRETACIÓN JUNGIANA DEL
MANDALA
Jüng dice del mandala que señala el aspecto más vital de la vida:
su completamiento definitivo. Así mismo dice que las cuatro orientaciones que
aparecen en ciertos mandalas se relacionan con la necesidad humana de
orientación psíquica. Relaciona esto con las cuatro funciones en que divide la
conciencia humana: pensar, sentir, intuir, percibir.
En los yantra que
representan la unión Shiva-Shakti, Jüng ve la unión de los opuestos, la
integración, la unidad. Le interesa la tensión entre los polos, el dinamismo que
esto supone, implica un proceso, la creación de algo, un llegar a ser. Asemeja
esta unión al círculo mismo que para él es el completamiento de la psique o
sí-mismo; también supone la iluminación o la perfección absoluta.
Jüng
considera que el hombre moderno está desintegrado, separado de sí-mismo, por
esto dice:
" Hoy día el símbolo geométrico del círculo ha vuelto a
desempeñar un papel importante en la pintura. Pero con pocas excepciones, la
modalidad tradicional de representación ha sufrido una transformación
característica que se corresponde con el dilema de la existencia del hombre
moderno. El círculo ya no es una figura de un solo significado que abarca todo
un mundo y domina la pintura. A veces el artista lo quita de su posición
dominante y lo reemplaza por un grupo de círculos negligentemente ordenados. A
veces el plano del círculo es asimétrico."
"(...) El círculo es un
símbolo de la psique. El cuadrado es un símbolo de materia terrenal, del cuerpo
y de la realidad. En la mayoría del arte moderno, la conexión entre esas dos
formas primarias es inexistente o libre y casual. Su superación es otra
expresión simbólica del estado psíquico del hombre del siglo XX: su alma ha
perdido las raíces y él está amenazado por la disociación. (...) Pero la
frecuencia con que aparecen el cuadrado y el círculo no debe desdeñarse. (...)
esas formas aparecen, a veces, como si fuesen gérmenes de un nuevo
crecimiento".
Para Jüng el mandala es una forma arquetípica, de ahí que
aparezca en diferentes culturas lejanas entre sí. Al mismo tiempo considera que
la comprensión del arquetipo resulta curativa, con lo cual viene a ser lo mismo
que meditar largamente sobre la imagen fijando la atención en ella, tal y como
proponen las culturas orientales. Al parecer los mandalas más impresionantes son
los que surgen directamente de la imaginación sin que haya un pensamiento o
propósito preconcebido. Se utilizan para restablecer el orden perdido con
anterioridad y especialmente con un propósito creador, dar a la luz algo nuevo
que no existía antes; ambos propósitos se complementan. |
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